Otro héroe olvidado a sus 300 años: Don Matías de Gálvez y Gallardo (1717-1784)
Alberto Ruiz de Oña Domínguez. Págs. 5-48 La codiciada caballería del general Cuesta en 1808 y los dragones de Castilla. Un complejo contexto histórico (1ª parte)
David Santiago Canorea Fernández de los Muros. Págs. 49-112 El asesinato del general Sarsfield durante el motín de Pamplona (1837)
Germán Ulzurrun Zabalza. Págs. 113-134 Las “légions de Réserve” y la batalla de Bailén
Jorge Planas Campos. Págs. 135-150 Vitoria. Monumento a la batalla, monumento al héroe
Patxi Viana. Págs. 151-168 Guía didáctica. Monumento a la batalla de Vitoria, monumento al héroe
Nuevo libro de Martín Turrado Vidal, La Policía en el banco de pruebas: 1831-1873.Por tres veces se intentó a lo largo de la primera mitad del siglo XIX establecer una organización policial, y otras tantas fracasó, aunque por causas distintas, una, la policía afrancesada por haber perdido la Guerra de la Independencia; otra, la Milicia Nacional por haber tomado partido por uno de los bandos contendientes, y, finalmente, la de Fernando VII, debido a la Primera Guerra Carlista. En los dos últimos años del reinado de Fernando VII y hasta 1835, se asiste a una lucha por el control de la policía, que mantienen los militares y los magistrados. La diferencia estriba en que 1844 se intentó organizar la Policía siguiendo unos principios muy diferentes de aquellos en los que se habían sustentado esas dos veces. El primero de ellos hay que buscarlo en el influjo de la guerra carlista, durante la cual los capitanes generales se convirtieron en verdaderos virreyes dentro del territorio de sus capitanías, siendo incapaz el poder civil de hallar un contrapeso a ese poder militar. El segundo, fue la preocupación por crear una policía uniformada y militarizada. El resultado fue la creación de la Guardia Civil. El tercero, fue que la organización de que se dotaba a la Policía en Madrid repercutía inmediatamente en todas las provincias.
La segunda parte de este proceso (años 1856-1870) muestra cómo se expande la militarización de la policía fuera del ámbito de la llamada policía gubernativa, llegando esa onda hasta la propia policía municipal de Madrid. Por ello se termina con la supresión de la Guardia Civil Veterana.
El autor describe los acontecimientos que afectaron a la policía de una forma minuciosa, basándose para ello en su conocimiento de los antecedentes –en especial de la policía bonapartista-; en las disposiciones legales y en la prensa de la época. El resultado es un libro sorprendente en muchas de sus partes porque describe de una forma distinta a como se ha hecho hasta ahora el proceso de organización de la policía en España. Con este libro queda descrito ese proceso en el siglo XIX.
Los soldados polacos en los Sitios de Zaragoza (1808-1809).La participación polaca en los Sitios de Zaragoza ha permanecido en el cajón del olvido hasta épocas relativamente recientes. Aun así, nunca antes se le había dedicado un estudio en profundidad. Con este trabajo, mostramos el alcance real de la intervención de los infantes polacos de la Legión del Vístula y de los lanceros del Vístula en los asedios a la capital del Ebro. Por primera vez, confluyen en una misma exposición de los acontecimientos las fuentes españolas, francesas, portuguesas, inglesas y polacas, estas últimas las grandes ausentes y desconocidas por la historiografía.
La Legión del Vístula, con sus tres regimientos de infantería y uno de caballería – después convertido en el regimiento de lanceros, llamado por los españoles «los picadores del infierno»– llegó a la península Ibérica de la mano de Napoleón I Bonaparte. El emperador les había prometido devolverles su estado arrebatado a la fuerza por Rusia, Prusia y Austria (1772-1795). Buscando la liberación de su patria debían colaborar con el «gran corso» y someter al Reino de España a los intereses galos. Su misión parecía sencilla. Sin embargo, la Guerra de la Independencia duró siete años (1808-1814). Los polacos, no solo legionarios y lanceros, sino también un regimiento de chevau-légers y tres regimientos de infantería del Ducado de Varsovia, en total cerca de 20.000 hombres, combatieron por el solar ibérico desde 1808 hasta la orden de salida de 1812, cuando la mayoría de ellos fue retirada por Napoleón con el objetivo de lanzarlos al frente ruso. Otros partieron de España al año siguiente.De las múltiples batallas, asedios y escaramuzas en las cuales legionarios y lanceros polacos se vieron envueltos (en su mayoría coronadas por el éxito), los Sitios de Zaragoza quedaron grabados a sangre y fuego en la mente de sus protagonistas. La defensa ejercida por los españoles en la capital del Ebro, en esa «Zaragoza, siempre heroica» inmortalizada por la pluma de Stefan Żeromski, por la película del oscarizado Andrzej Wajda, o en las obras del célebre pintor January Suchodolski, se convirtió en un ejemplo a seguir para los polacos si querían volver a ver su estado libre e independiente, objetivo no logrado tras la derrota de Napoleón en Europa. En Polonia, evocar Zaragoza continua despertando hoy en día una mezcla de orgullo y vergüenza por la acción cometida durante los Sitios. Con este libro despejamos este estereotipo relacionado con un remordimiento de conciencia, a nuestro juicio exagerado. Nos basamos en las pruebas documentales, donde el honor en la lucha de ambas naciones debe alzarse por encima de cualquier otro valor negativo, típico para las guerras de aquel entonces.
Cuadernos del Bicentenario extraordinario. Junio 2017.
977-1887-25811-2-20170.
El sitio de Ciudad Rodrigo de 1812
Miguel Ángel García García. Págs. 5-26 La Guerra de la Independencia a través de algunos instrumentos musicales, bailes y canciones populares tradicionales de la tierra de Ciudad Rodrigo
José Ramón Cid Cebrián. Págs. 27-48 Surgimiento de la plaza de Herrasti: breve historia bélica del entorno de la catedral
Mª del Mar Gómez Nieto y Juan Tomás Muñoz Garzón. Págs. 49-62 El brigadier Juan José Moscoso y Sequera, del Estado Mayor general conjunto español de Ciudad Rodrigo y la situación militar estratégica del occidente peninsular en el verano de 1812
Arsenio García Fuertes. Págs. 63-130 San Muñoz, lugar de desgracias a mitad del camino entre Salamanca y Ciudad Rodrigo
Se va a celebrar los días 27 y 28 de este mas de mayo la II Recreación de la liberación de Jaca y su Ciudadela. Estará organizada por los Voluntarios de Aragón con Luis Sorando al frente.
Esperamos que vayáis a disfrutar de estos actos, puesto que «La Recreación Histórica no solo pretende “contar algo”, trata de involucrar al espectador de la Historia en el acontecimiento. No simplemente divulga la Historia, sino que trata de revivirla, con el fin de que el público que asiste a ella “sienta y viva” aquello que se esta recreando, en pocas palabras, que se meta en la piel de los que en realidad vivieron el acontecimiento, ese es el logro de las Recreaciones Históricas, permitiendo “ver y vivir” la historia en directo y en vivo.» (www.arhca.es)
Nuevo libro del foro escrito por nuestra amiga forista María Dolores del castillo Montero.
El Ayuntamiento de Madrid durante la Guerra de la Independencia.
El lector tiene en sus manos el fruto de una apasionante investigación. Su autora ha querido arrojar luz sobre la situación del Ayuntamiento de Madrid durante un periodo muy convulso de nuestra historia. La obra se construye en torno a tres perspectivas de análisis. En primer lugar, un estudio sobre la Administración municipal de una ciudad tan importante como Madrid durante el Antiguo Régimen. Un segundo análisis se centra en la situación que envuelve al citado municipio durante la guerra napoleónica o Guerra de la Independencia (1808-1814). En tercer lugar, se aborda el tránsito desde la Administración municipal absolutista a lo que llaman las fuentes el Municipio Constitucional.
El periodo entre 1802 y 1807 –inmediatamente anterior al estallido de la Guerra– es de bastante calma. Reina Carlos IV con el valimiento del Príncipe de la Paz. Por el contrario, 1808 es un año colmado de sucesos: el Motín de Aranjuez, la abdicación de Carlos IV, la salida de los Reyes de España, la constitución de las Juntas, el nombramiento de Murat como Lugarteniente del Reino, el levantamiento popular del 2 de mayo, la represión francesa, la Constitución de Bayona, la designación de José Bonaparte como Rey de España y la capitulación de Madrid el 4 de diciembre ante Napoleón, entre otros. La calma a la que nos habíamos referido se altera notablemente cuando, tras el 2 de mayo de 1808, el ejército francés, que había entrado en la ciudad como aliado, se convierte en un ejército de ocupación que no solo reprime en las calles sino que, desde los primeros días, oprime con empréstitos forzosos y exacciones al vecindario llegando a hacer insostenible la situación del Consistorio.
El 21 de agosto de 1809, D. Joseph Napoleón, como le llamaban sus coetáneos, promulga un Real Decreto que supone el primer paso para organizar administrativamente el Ayuntamiento, que a partir de aquel momento pasará a llamarse Municipalidad, y siempre que los franceses gobiernen.
Las entradas y salidas de ambos ejércitos se suceden en la ciudad. Hay períodos en que tan solo algunas autoridades municipales permanecen en Madrid. Ante este vacío de poder, es importante destacar la excelente actuación del Regidor del Ayuntamiento D. Pedro Sainz de Baranda y Gorriti al frente de la capital y del Consistorio, erigiéndose en interlocutor de las autoridades francesas y negociando con ellas su pacífica entrada en la Villa.
En Cádiz, el 19 de marzo de 1812, se aprueba la Constitución. En el mes de mayo, las Cortes decretan “para el bien y la prosperidad de la nación, el que se establezcan Ayuntamientos con la mayor brevedad”. Madrid instituirá su primer Ayuntamiento Constitucional en el mes de agosto, coincidiendo con la llegada a la Capital de las tropas aliadas, con Lord Wellington a la cabeza. Pero las particulares circunstancias de la guerra solo permiten la aplicación de este régimen liberal durante breves etapas, teniendo que esperar hasta casi 1814 para su establecimiento. Periodo, este, ciertamente efímero ya que Fernando VII regresa a España restableciendo el absolutismo y declarando que toda actividad municipal debía volver a las actuaciones que se llevaban a cabo en 1808: había llegado a su fin la etapa constitucional.
Los próximos días 3 y 4 de mayo, se celebraran unas jornadas en Jaca con motivo de la inauguración de la Sala General Álava y la maqueta de la batalla de Waterloo.
El día 3 dará una conferencia nuestro amigo y forista, Gonzalo Serrats Urrecha, autor del libro editado por el Foro, “El general Álava y Wellington”, a las 20:00h en el Salón de Ciento del Ayuntamiento de Jaca.
El pasado miércoles día 30 de marzo, ha fallecido en Madrid nuestro muy amigo e historiador y miembro del Foro, Manuel Ortuño Martínez, a la edad de 90 años. Nacido en Ayora – Valencia en 1927, era Licenciado en Ciencias Políticas y Sociología y Doctor en Historia de América por la Universidad Complutense de Madrid. Gran experto en la vida de Xavier Mina, tenía editados numeroso libros sobre la vida del guerrillero.
Incluimos la columna «La Ventana» del pasado martes día 4 de este mes, escrita por nuestro amigo y colaborador del Foro, Germán Ulzurrun en el Diario de Navarra sobre Manuel Ortuño.
Foro para el Estudio de la Historia Militar de España. 2018.